María Sofía Urrutigoity nació en 1995. Estudió Letras en la Universidad Nacional de Cuyo y ha ejercido la docencia en colegios secundarios y a nivel universitario. Fue profesora a cargo de la Cátedra Lengua y Expresión de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de Universidad Juan Agustín Maza. Autogestiona e imparte talleres literarios y de escritura. Se diplomó en Correctora Instrumental de Textos por la UNCuyo y realizó estudios de posgrado en Sevilla, Maestría en Escritura Creativa por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Actualmente, vive en Chicago, donde se desempeña como profesora y correctora de estilo.
A continuación, les dejamos tres de sus poemas: La culpa [i] “Llegaron las heladas y no había protegido mis plantas” Ada Salas en Descendimiento. (Recitar a oscuras, con una trompeta de fondo y una muñeca en las manos). Maté las catas de la ciudad de silencio se han vuelto los árboles. Muerdo las cortezas como un lobo cebado busco sangre en las vidrieras camino por piñas de yeso disparo mis colmillos al busto de la plaza afuera el frío no apagará mi fiebre. Riego las petunias del balcón con aire comprimido desnudo el follaje de mis muebles queriendo cavar un aljibe para enjuagar mis garras sucias. Por los senderos del bosque de los semáforos vamos con máscaras a cuestas, matamos para beber bebo sangre para estar erguida sobre la culpa. Anoche el temblor de los cables me hizo rodar por la colcha y desde mis sábanas que abrigan a los sintecho me caí a la culpa. En las costuras de la almohada vi una hecatombe con hilos de oro rompí el libro de la mesa de sombra y buceé con un barquito de papel mojado por la culpa. La fiebre aun mordía mis huesos que se habían hecho de ladrillo y vi nadando por mi cuello catas muertas, pájaros nocturnos corrían por torrentes de bilis donde descansa bajo llave una bestia a oscuras: la culpa no la mires nunca a los ojos la culpa es una muñeca con zapatitos pintados si la nombro me mutila [i] Poema compuesto a partir de la obra de Agustina Teppa, artista mendocina. Fuente: https://www.instagram.com/brum.a.a/?hl=es-la * La Joker 21[i] Vuelves de la calle el bolso contra el suelo las furias atrás del cuadro café recalentado y sopa instantánea todo atorado de un sorbo, por supervivencia. Por el sobaco desfilas humedad recién traída de los caños del metro. Arrojas los zapatos y la bronca llega debajo del mueble -te vas sacando el reloj- bulle tu sudor revuelto por el móvil, una media volará a donde quieras estar pero no es estás, eres un autómata al refugio de todos los vientos versus tus fuerzas, te dices que estás más gorda (agua caliente por favor que no se corte). Tres enjabonadas en tus piernas para que las niegues de tu cuerpo, porque caminaste todo el día, viviste de conservantes y lechuga, sin embargo, estás más gorda y está frío todo el edificio. No parará de salir agua de la ducha, tu mente le pedirá a la ducha esperanza, un racimo que te ampare del castigo del consumo contra tu espalda de barro. Le pedirá que sacuda tu mugre mental, caerá con estrépito de la ducha recorrerá tus cabellos peinados por las bombillas de luz pero no podrá purificarte, no parará de correr por tus hombros y cae marrón. Por el caño de escape del suelo el agua cambia su curso y sube por tus pies. Verás levantarse tu suciedad, inconsciente, tu mugre como tu cadáver en el cuarto de baño, tu mugre que imita tus censuras de cada momento del día en que le volteaste la cabeza para mirar al otro lado de la acera, sin saludarla tu mugre se incorpora desde las tuberías se materializa de a poco, con la figura de la última pesadilla que tuviste antenoche. Trae la cara pintada y las lágrimas negras que lloraste al mediodía por él, tiene los pelos chamuscados por el dolor de tus muelas, y sabes que se parece a tu sombra de ojos verdes y uñas marrones. Tu mugre tiene pechera blanca, se viste como ese payaso del circo que te quitó la muñeca y lloraste por dos noches, se impone contra tu soledad desnuda cuando te levanta la mano y la retiene posesa, invocándote. Eres el monstruo tu propia versión el monstruo de los veintiún siglos la joker con rubor púrpura y una luz azulada apuntando a tus pómulos la joker que hasta esa noche no sabías que era caníbal la joker veintiuno devora a las víctimas que se bañan consigo en la ducha de tu baño. [i] “La joker 21” está inspirado a partir de la obra de la artista plástica mendocina Agustina Teppa (Fuente: https://www.instagram.com/p/B-BXQz3pwoq/ ) * Solo una lámpara de aceite Se abre la mañana sobre la alberca como una libélula borracha a primera hora la última luciérnaga que le quedaba al algarrobo dejó sus tanques de oxígeno sobre la rama y se fue a otra noche de más allá del alambrado clareaba sobre la paja pero sobre mi abdomen se posó la noche los rabos de los conejos despertaban la hierba no sobre mis muslos, no, que recibían desnudos a la aurora, pero qué me importa si los tengo ciegos yo no había visto el primer rayo con su traje de los sultanes yo no había escuchado el azul del océano adentro de las caracolas ni había masajeado el entrecejo de los vientos cuando traen lluvia a las ranas porque en medio de aquel resplandor de cigarras estaba mi carne pero en ese cuadro no estaba mi aliento el perfume de la pampa no necesariamente nos abre la vista podemos beber agua fresca del aljibe pero no refrescarnos la piel podemos pisar cuanta luna y verde le pidamos al verano pero si a esa mañana crucificada sobre la laguna la juntaba en mis puños se convertía en una oscuridad con cabeza de ogro si la apelmazaba como los cachetes de los niños entre mis ropas se volvía tan ridículo como hablarle a mi sombra y enojarme por su ironía aquel amanecer en la estancia fue de mentira al lado de mi cuerpo las moscas no piaron a penas se abre la mañana para sacudirme los órganos y poder mirar es que me dieron solo una lámpara de aceite sin aceite para ver que adentro mío la noche no pasará.
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