Sabrina Usach y Lilia Parisí nacieron en tierras cuyanas, pero no viven en ellas. Sin embargo, no han dejado de habitarlas. Juntas, llevan a cabo el ciclo de lecturas Cordillera, en el ámbito del Área Metropolitana de Buenos Aires, en el que las voces que circundan Los Andes suenan como el viento, como ecos que empuja el desierto hacia los territorios húmedos del Río de La Plata.
¿Cómo surgió el ciclo? ¿Tuvo algún precedente, algún otro ciclo en el que se inspiraran para promover este proyecto? Cordillera surgió en octubre de 2019 a partir de la necesidad de reunir voces de poetas migrantes, tanto nacionales como fuera del país, en una región donde prevalece la participación de poetas de capital o el AMBA. Creemos que el mayor antecedente fue la experiencia personal de gestiones en el ámbito de la cultura relacionadas con la difusión de poesía. El hecho de ser forasteras en territorio bonaerense, sumado a testimonios de diversas personas acerca de lo difícil que es habitar un lugar en el que no se ha nacido, terminó por completar el deseo de crear un espacio donde fuera posible la escucha y la inclusión de escritorxs federales y Latinoamericanos. ¿Por qué el ciclo se llama Cordillera? Nos pareció que la palabra "cordillera" era lo suficientemente simbólica para nuestra propuesta de llevar adelante un ciclo que funcione como una red dentro y fuera del país, como una columna vertebral y expansiva que recorra el territorio de la poesía a lo largo de Los Andes. ¿Cuál dirían que es la impronta del ciclo, qué lo diferencia de otros? En primer lugar, es un ciclo que no mira hacia Buenos Aires y goza de incluir tanto voces valiosas que se encuentran invisibilizadas, como aquellas que sí resultan familiares por el alcance que han logrado con su trayectoria. En segundo lugar, consideramos que hay un gesto humano en el acto de compartir poesía que tiene que ver con la valoración de la palabra, por eso el vínculo con quienes participan no es solo el momento de la lectura, leemos previamente la obra de quienes invitamos, nos interiorizamos en el trabajo que hacen y les damos razones por las que acercamos la invitación. ¿Cómo surgió el podcast y el ciclo vía Facebook? Entrar en cuarentena fue un golpe grande porque justo en marzo de este año habíamos cambiado de sede y nos disponíamos a disfrutar de un espacio muy cálido como lo es Casa Florida. Pero como queríamos darle continuidad, le vimos el revés a la tragedia, porque un formato virtual nos abría una puerta hacia un acercamiento con voces que no estuvieran acá, entonces fue el ciclo el que migró, de presencial a podcast, de provincia de Buenos Aires a Mendoza, San Juan, La Rioja, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia, Ecuador, México. Comenzamos, entonces, con Cordillera, podcast de poesía latinoamericana, porque el sentido de red también era posible. Fue la oportunidad para terminar de romper las fronteras. Luego, nos pasó que había quedado pendiente la lectura programada de marzo y, viendo que se extendía la situación de aislamiento, decidimos llevarlo a cabo vía streaming por medio de nuestra página de Facebook. Sin querer, creemos, Cordillera va teniendo un modo de vida bastante barroco. ¿Qué ejes dirían que atraviesan los podcast? Porque tienen una impronta muy particular, y son en sí mismos, obras acabadas Quien lo escucha no se encuentra con dos conductoras de un programa de radio. La prioridad es la poesía y la música, la oralidad, el intercambio cultural. Pensamos los podcast como un hecho cultural, como un producto estético y con un concepto artístico. En este sentido, cada podcast tiene una identidad propia, en cada uno homenajeamos a un cerro o volcán pertenecientes a la Cordillera de los Andes, mediante una breve descripción en los primeros minutos, ya que el resto del tiempo es exclusivo para la poesía y la música. ¿A quiénes invitaron a participar y en relación a qué temáticas? En el primer podcast, homenajeamos al cerro Apun Qhawa que es el nombre de Aconcagua, que en runasimi o “quechua” significa “la montaña sagrada nos mira”. En el segundo podcast homenajeamos al Cerro Mercedario, ubicado en territorio sanjuanino. En esa oportunidad tuvimos la hermosa participación de Eugenia Segura. En el tercero, homenajeamos al cerro Famatina, nos acompañó la poeta Lucía Carmona de Chilecito, junto a la música de Fabricio Pérez de San Juan; y en el cuarto, homenajeamos al volcán Cotopaxi con la participación de Carla Montoya e Inés Eguaburo de la Colectiva INDIE LEE de San Juan. El quinto podcast está en proceso de edición y próximo a publicarse. Allí encontrarán una enorme sorpresa con participación cuyana y feminista. Por supuesto que todas estas voces locales dialogan con la poesía de otros países y el tono que se logra en el conjunto de recitaciones es hermoso. ¿En qué lugares les gustaría que Cordillera se hiciera presente y por qué? Los podcast están circulando muchísimo porque el trabajo de edición y curaduría es serio, nos comprometemos en darle el espacio que se merecen tanto poetas como músicxs; esto hace que el audio como un todo sea una obra de arte, una antología oral donde confluyen diversas estéticas en un universo común. Al tener buena recepción, se comparten de manera masiva tanto por Youtube como por Spotify; a esto se suma lo bien que funciona como red. Les artistas que participan lo difunden en sus regiones y eso es muy valioso, porque lo que importa acá es la presencia de esas voces poéticas y su escucha. En este sentido, creemos que los podcast están donde deben estar, en la comunidad que le interesa la poesía y la diversidad. En muchos casos se han usado como material educativo o como parte de programas de radio, como lo es el caso del programa radial Restos Diurnos, que transmite desde la emisora UTN de Córdoba, que tuvo el amoroso gesto de difundirlos. ¿Qué proyectos tienen en relación a Cordillera? Tuvimos varias ideas, desde seminarios de lectura de poesía hasta un proyecto editorial. Estaremos atentas a los designios que nos indiquen cuándo serán los momentos indicados, no tenemos apuro y todo puede fluctuar. ¿Cómo ven la movida de los ciclos de lectura en Buenos Aires? ¿Qué les sobra y qué les falta? Siempre ha habido espacios de escucha e interés verdaderos y espacios que no. No podríamos juzgar más que ser conscientes de que compartir la oralidad de la poesía implica mucho respeto y amorosidad. Ojalá nosotras orbitemos así en estos espacios, para que no sean un hervidero de oportunismos individuales. ¿Qué les parece que sucede con propuestas similares en el resto del país? En estos meses de encierro, muchas gestiones culturales han tenido mayor visibilidad en las redes sociales. Son muy interesantes los proyectos de difusión en formato audiovisual de poetas de la Patagonia, de Bahía Blanca, de Santa Fe. O colectivxs, como ustedes, o la INDIE LEE de San Juan, que hacen un gran trabajo no solo de difusión sino que están en diálogo con el quehacer de los demás proyectos. En este sentido, es importante el nexo que se puede establecer entre ciclos, revistas, podcast. Las editoriales independientes cumplen un rol muy importante en este aspecto porque son quienes sostienen las publicaciones de autores indispensables de distintas provincias. ¿Y sus proyectos personales? Las dos tenemos nuestros próximos libros en proyectos de edición. Por otro lado, ambas estamos en una etapa de producción y análisis literarios, es un momento de hacer muy profundo y trabajoso, pero se disfruta y entusiasma. Para ver y escuchar: www.youtube.com/channel/UCuobGSuRZnMScgtZtrZxxZQ www.youtube.com/watch?v=iT27G9oYrHE&t=130s
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