Silvina de los Ángeles Robato nació en febrero de 1980 en la provincia de Santiago del Estero. De profesión abogada, como activista en DDHH forma parte de la Asociación por la Memoria, la Verdad y la Justicia, familiares de detenidos desaparecidos y ex presos políticos de Santiago del Estero. Integró la Editorial Larvas Marcianas hasta el año 2017, donde se desempeñó como gestora. Formó parte de La Violeta, Colectiva de Arte, espacio dedicado a la literatura y producción audiovisual. En la actualidad integra la Editorial Piedra Madre, junto a Gabriel Álvarez y Salvador Garay. Aficionada a la fotografía, trabajando en la actualidad en un proyecto donde los ejes son las máscaras, cuerpos desnudos y la animalidad.
Por acá, algunos de sus poemas: Hay algo que nos decimos en el vuelo de los pájaros Algo que nace del canto del agua y del fuego en el monte Las pupilas se dilatan el corazón se angosta Hay algo que titubea en el aletear en ese preciso instante en que el deseo se funde en la nostalgia Justo antes de evaporarse Hasta el próximo domingo * La ansiedad anida donde sea No hace acuerdos con el dolor Se mueve constantemente Es una titiritera que no permite que me amigue con el padecimiento Cuando ciento que he nombrado ella me susurra en otro órgano, extremidad, sentir Tranza con el miedo, lo siniestro y los silencios Se ramifica en cada recuerdo olvidado Llega y se instala, y pacientemente espera ser desinstalada En un vaivén perverso que me arrastra Como los pozos de ese río que visito Para escapar. * Nunca he aprendido a cocinar el arroz Siempre sale duro Pueden pasar minutos horas Sigue duro Mientras lo veo hervir me pregunto ¿Qué se sentirá que el arroz se te pase? Una amiga me dice Que año triste. Me voy a hacer un té Vuelvo al arroz Esa telita fea que se forma arriba Se parece a la espuma marrón Que flota en las márgenes de los ríos Un amigo me dice Que año de mierda. Y lo peor es que no hay dónde ir Vuelvo al arroz Han pasado veinticinco minutos Dos años Una pandemia Tres aislamientos Sigue duro * Las horas recostadas sobre el pulso de lo dicho sobre lo que se ahoga en cada latido lo que sublima cada tic tac La escalera sin enredaderas ni una sola fotografía en la casa las paredes inmaculadas un sucio ventanal que me mira Y ese olor a pomelos del jardín del vecino, que sofoca mis siestas ¡Sáquenme de esta caja parlante! La herida agusanada trae recuerdos a una memoria contaminada por retazos de felicidad Un hongo hace nido en mi pie y no dejo de pensar en que la uña va a desprenderse Me he tatuado la piel como último aliento de vida Y pienso que mis manos podrían salvarme, dando forma a la próxima máscara Pero no La lleno de hojas secas, le fabrico larvas Que salen de su boca, Le hundo la frente y ahueco los ojos ¡Sáquenme de este cuerpo parlante! Mi gata maúlla Son las seis y media de la mañana Cambio su alimento que la noche ha humedecido Curo la uña Cubro mi cicatriz con el cabello Abro la puerta Silencio mi cuerpo No estoy * ¿Qué nos queda después de lamernos las heridas? ¿Qué te queda después que deshabitas? Te has sentado en la escalera de diecinueve peldaños a conversar con ese gran otro que te aplasta ¿Qué te ha susurrado el demonio de casas derrumbadas? ¿Qué te queda ahora? Quizás la carne Quizás piel O solo la tierra * ¿De quién es esta casa que nos aplasta? ¿Estaba abandona antes de que lleguemos a ella? Las ventanas caídas derrotadas nos esperan Me dices que los pájaros muertos nos siguen a todas partes Que las mudanzas no sirven Te pido que no los mires más Quizás así desaparezcan Decidimos quedarnos en esta casa marrón De tierra y yuyos Abrimos las ventanas queremos que los pájaros mueran a nuestros pies mientras nos entregamos una y otra vez en este sucio sillón * Hay una quietud inusitada Siento quemarse algo en las entrañas Veo al hombre que recoge las palomas muertas en la plaza del frente No sé si sea su oficio pero hay algo en su mirada serena que me inquieta Mi vecina del sexto abre y cierra las ventanas tres veces Un toc Un ritual Quizás señal de humo Pero todo sigue calmo Algo va a estallar lo siento en cada alarma En cada maullido Suspiro Pienso que habitar el cemento nunca ha sido la mejor opción.
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Elizabeth Soto nació en Jujuy, en 1986. Es Comunicadora Social (FHyCs- UNJu), máster en diseño gráfico, y diplomada en violencia de género. Dirige la editorial CRONOPIO. Participó en diversas publicaciones de libros y revistas, asistió a ferias nacionales e internacionales de libros. Publicó: La chica de los miércoles (2013), Metástasis (2015), Parcialmente nublado (1017), Historias de gente que no me importa (2018), Animales alternativos (2018), y Cuadernos para el niño arcoíris (2021). Fue premiada en el IV concurso literario “Alicia Chibán”, categoría: narrativa (Universidad Nacional de Salta - 2011); V concurso literario “Alicia Chibán”, categoría: poesía (Universidad Nacional de Salta - 2012); Creador@s contra la violencia de género, categoría: narrativa (Secretaria de cultura de la provincia de Jujuy - 2016); Concurso literario “El árbol y yo”, categoría: narrativa (Palpalá- Jujuy - 2016); Concurso literario “Ernesto Aguirre” Bicentenario de la independencia de la Patria (Universidad Nacional de Jujuy - 2016); Certamen literario provincial (Ministerio de Cultura y Turismo - 2018). Certamen literario provincial (Ministerio de Cultura y Turismo - 2020).
Les dejamos, a continuación, una selección de poemas: te podría decir que tu cama seca es el paraíso que no me importan los pelos del perro los libros que no leíste las materias que no aprobaste Hay un escritor que sostiene la teoría que descendemos de las aves y nos quedamos sin plumas de tanto volar buscando un Dios y en ese camino nos quemamos y lloramos de tantas formas que aprendimos a hablar te hablo te canto te lloro todo esto es una constante perdida. vas a volver? * La lengua me traspasa los músculos nos alimentamos así comiendo carne que ya no es carne, sino nervio músculo la mano roza la piel áspera de la cara la música no hace otra cosa que convertirnos en un remolino tornasolado tal vez comenzar por el principio no fue la mejor idea. * No recuerdo lo que iba a escribir en el omóplato derecho de mi compañero pero recuerdo que le di un mordiscón que le duró semanas en desaparecer. mezcla de sueño y cansancio. ¿Querés salir? Estoy sola, cada vez que me quedo sola pienso en la filosofía del mundo, en el meteorito que tiene que caer para salvarnos la vida de nuestras propias miserias me gustaría escribirte una canción, escribirte una novela que tenga un final feliz, donde no te muerdo, donde no te miento, donde no me interesa que cuando llegues a la cama te duermas me gustaría decirte que sos refrescante como esos atardeces en la playa de Katmandú me gustaría decirte que solamente tenemos un espíritu, que somos semillas desparramadas en la cama, sin flores, sin pétalos, sólo nosotros ardiendo en fotosíntesis. * Quizás él llegue tarde y recreemos la escena donde Lisa y Nelson están solos y él sea Lisa y yo sea Nelson, entonces él me diga “… tenés que pensar y sentir algo… hay estrellas brillando como si Dios encendiera un millón de velas… la luna sobre nosotros diciendo… diciendo...“ y yo ahí tenga que besarlo. Quizás. Estaba escuchando en la radio del colectivo que según un estudio hecho por la universidad de Oxford las personas más felices son las beben alcohol, y ¿quién no? Tal vez el secreto de nosotros no sea la felicidad. Tal vez el secreto de nosotros esté lejos de la felicidad. * El recorrido de la sangre empieza en el ventrículo izquierdo en el mismo lugar donde me gustaría estar ahora hablándote contando como mi libro va del amor, la desilusión, al odio viendo la araña bajar lentamente desde el rincón de la pared hasta la cama te podría decir que el sabor a fuego no quema te podría decir que tu cama es el paraíso pero la bisectriz se abrió en este ángulo y ya no hay vuelta atrás. viernes 28 de diciembre, 3 de la madrugada: te necesito, volvé. Mensaje visto. Nada. Sin respuesta. Viernes por la noche: andate a la mierda. Vive en Necochea, nació en 1999. Es estudiante de Gestión Cultural. Publicó su primer libro Harta de ser posmoderna, en 2022, por la editorial sanjuanina elandamio. Escribe sobre poesía para el medio de difusión de arte y literatura independiente "Escrituras Indie". Forma parte del libro colectivo Bajé para respirar, editado en 2021 por Ediciones Arroyo.
A continuación les dejamos una selección de poemas. Disfruten: REDUNdar anDANTE La gente compra cortinas para que no vean los que pasan y yo las arranco para mirar hacia fuera me saco los ojos y los tiro por la ventana salto el paredón que une mi casa con la frontera huyo del sistema me creo poeta o bandida sabia o bendecida cruzo la frontera y encuentro una fábrica de cortinas. * Llorar juntos Lloramos para los peces de agua dulce para extender el océano y nuestras lágrimas confluyen con los ríos de historias en el mundo somos una masa uniforme de llanto y nos desagotamos para retener líquido nuevamente en un círculo de sal y latitudes acuosas subo por la escalera de un barco para arrojarme por la borda y encuentro un cielo inmenso reflejado en el agua. * Contextualizar cada miga de pan Acercarse a la bolsa (de tela reutilizable) que contiene el pan (vegano sin huevo leche o grasa animal) cortar un cacho (considerable sin ser pretencioso) untar en el tuco (sin sal/apto hipertensos) y llevar (lentamente) a la boca (con expresiones de disfrute) … * Todo lo que se prende fuego en el horno Un diente de ajo toda una boca que esculpe lo hediondo la palabra haciendo las cosas gestos que huelen a palmas a manos moldes enmantecados enchastre de otras voces canto fuerte enraizado olor a ajo y pausa distancia forma endulzada del buen gusto sabores fuertes comida lista masticada horno que se apaga discurso caliente quemado y negro aprender a sostener en las manos lo que pica arde lo que es mío yo no vendo ningún pan ni compro expongo y siento miro y espero paciente a todos los degustadores que quieran sofisticar mi paladar. * DNI Buscar las huellas digitales que perdí en la pantalla táctil del celular arrancarlas como cintas de cassette que tuvieron alguna vez una canción cantar una melodía en la mente todo el día sin saber el nombre tararearla en Google y otras cosas que renueven el documento de identidad. * Fábrica de sueños Un filtro de instagram que bañe de brillantina todo el paisaje que la arena parezca azúcar y la foto en la playa una realidad alterna donde tengo alas y soy Campanita o Tinker Bell que aparezca Walt Disney abrazándose al horizonte que la gente sostenga el sol para que le salga bien el perfil y que las nubes no parezcan de lluvia que acompañen la escena que no se salga el filtro que no se termine la ilusión de ser la dueña de la fábrica de mis sueños. Alejandra Villarroel tiene 38 años. Estudió en la Facultad de Educación de la UNCuyo y Licenciatura en Literaturas Modernas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo. Estudió, además, en la Universidad de Minas Gerais en Belo Horizonte. Saca fotos, teje al telar y toca la guitarra.
A continuación, les dejamos algunos de sus textos: Los hijos del carnaval bailan con todo su cuerpo con toda su alma. Bailan y entre sus giros y contragiros se estrechan las manos y la vida le extiende las suyas y la muerte también. Mezclados entre la gente serpentean como cintas de colores al son de cascabeles y cantos. Los hijos del carnaval bailan hasta curar sus heridas, hasta caer dormidos, o desmayados, o muertos… y resucitan para seguir bailando todavía un poco más. Bailan como si no hubiera mañana o quizá porque saben que hay uno. * La luz saltó por la ventana y atravesó el vidrio, casi lo hizo vibrar/brillar… Siguió su camino Y traspasó mi carne, mis huesos Y estalló en mi alma. * Camina por la ciudad detrás del vagabundo ¿Es hombre? ¿Es mujer? ¿El otro? Es humano. La gente lo mira, la gente no lo ve. Él mira al vagabundo Él, a la gente no la ve, ¿Quién no ve? Mira sus pies Sigue sus huellas Y ya no sabe quién es. * Quise volar Y pedí un par de alas… Unas de cucaracha me dieron Y las agradecí. Al fin de cuentas no las quiero para enamorar Y es claro que de noche también se puede volar. * Hace un tiempo dejé de escribir. Todos mis cuadernos huyen de mí. Todos adivinan cuál será la primera letra que voy a dibujar. Y es que no empiezo el diseño, sino que se desprende de mi lápiz. Hace un tiempo dejé de escribir. Solo esbozo garabatos en trocitos de papel con carbón… papelitos despeinados que se amontonan por los rincones de la casa, que se asoman desde las ventanas. Hace un tiempo que dejé de escribir, porque todo lo que puedo hacer es escribirte. María Sofía Urrutigoity nació en 1995. Estudió Letras en la Universidad Nacional de Cuyo y ha ejercido la docencia en colegios secundarios y a nivel universitario. Fue profesora a cargo de la Cátedra Lengua y Expresión de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de Universidad Juan Agustín Maza. Autogestiona e imparte talleres literarios y de escritura. Se diplomó en Correctora Instrumental de Textos por la UNCuyo y realizó estudios de posgrado en Sevilla, Maestría en Escritura Creativa por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Actualmente, vive en Chicago, donde se desempeña como profesora y correctora de estilo.
A continuación, les dejamos tres de sus poemas: La culpa [i] “Llegaron las heladas y no había protegido mis plantas” Ada Salas en Descendimiento. (Recitar a oscuras, con una trompeta de fondo y una muñeca en las manos). Maté las catas de la ciudad de silencio se han vuelto los árboles. Muerdo las cortezas como un lobo cebado busco sangre en las vidrieras camino por piñas de yeso disparo mis colmillos al busto de la plaza afuera el frío no apagará mi fiebre. Riego las petunias del balcón con aire comprimido desnudo el follaje de mis muebles queriendo cavar un aljibe para enjuagar mis garras sucias. Por los senderos del bosque de los semáforos vamos con máscaras a cuestas, matamos para beber bebo sangre para estar erguida sobre la culpa. Anoche el temblor de los cables me hizo rodar por la colcha y desde mis sábanas que abrigan a los sintecho me caí a la culpa. En las costuras de la almohada vi una hecatombe con hilos de oro rompí el libro de la mesa de sombra y buceé con un barquito de papel mojado por la culpa. La fiebre aun mordía mis huesos que se habían hecho de ladrillo y vi nadando por mi cuello catas muertas, pájaros nocturnos corrían por torrentes de bilis donde descansa bajo llave una bestia a oscuras: la culpa no la mires nunca a los ojos la culpa es una muñeca con zapatitos pintados si la nombro me mutila [i] Poema compuesto a partir de la obra de Agustina Teppa, artista mendocina. Fuente: https://www.instagram.com/brum.a.a/?hl=es-la * La Joker 21[i] Vuelves de la calle el bolso contra el suelo las furias atrás del cuadro café recalentado y sopa instantánea todo atorado de un sorbo, por supervivencia. Por el sobaco desfilas humedad recién traída de los caños del metro. Arrojas los zapatos y la bronca llega debajo del mueble -te vas sacando el reloj- bulle tu sudor revuelto por el móvil, una media volará a donde quieras estar pero no es estás, eres un autómata al refugio de todos los vientos versus tus fuerzas, te dices que estás más gorda (agua caliente por favor que no se corte). Tres enjabonadas en tus piernas para que las niegues de tu cuerpo, porque caminaste todo el día, viviste de conservantes y lechuga, sin embargo, estás más gorda y está frío todo el edificio. No parará de salir agua de la ducha, tu mente le pedirá a la ducha esperanza, un racimo que te ampare del castigo del consumo contra tu espalda de barro. Le pedirá que sacuda tu mugre mental, caerá con estrépito de la ducha recorrerá tus cabellos peinados por las bombillas de luz pero no podrá purificarte, no parará de correr por tus hombros y cae marrón. Por el caño de escape del suelo el agua cambia su curso y sube por tus pies. Verás levantarse tu suciedad, inconsciente, tu mugre como tu cadáver en el cuarto de baño, tu mugre que imita tus censuras de cada momento del día en que le volteaste la cabeza para mirar al otro lado de la acera, sin saludarla tu mugre se incorpora desde las tuberías se materializa de a poco, con la figura de la última pesadilla que tuviste antenoche. Trae la cara pintada y las lágrimas negras que lloraste al mediodía por él, tiene los pelos chamuscados por el dolor de tus muelas, y sabes que se parece a tu sombra de ojos verdes y uñas marrones. Tu mugre tiene pechera blanca, se viste como ese payaso del circo que te quitó la muñeca y lloraste por dos noches, se impone contra tu soledad desnuda cuando te levanta la mano y la retiene posesa, invocándote. Eres el monstruo tu propia versión el monstruo de los veintiún siglos la joker con rubor púrpura y una luz azulada apuntando a tus pómulos la joker que hasta esa noche no sabías que era caníbal la joker veintiuno devora a las víctimas que se bañan consigo en la ducha de tu baño. [i] “La joker 21” está inspirado a partir de la obra de la artista plástica mendocina Agustina Teppa (Fuente: https://www.instagram.com/p/B-BXQz3pwoq/ ) * Solo una lámpara de aceite Se abre la mañana sobre la alberca como una libélula borracha a primera hora la última luciérnaga que le quedaba al algarrobo dejó sus tanques de oxígeno sobre la rama y se fue a otra noche de más allá del alambrado clareaba sobre la paja pero sobre mi abdomen se posó la noche los rabos de los conejos despertaban la hierba no sobre mis muslos, no, que recibían desnudos a la aurora, pero qué me importa si los tengo ciegos yo no había visto el primer rayo con su traje de los sultanes yo no había escuchado el azul del océano adentro de las caracolas ni había masajeado el entrecejo de los vientos cuando traen lluvia a las ranas porque en medio de aquel resplandor de cigarras estaba mi carne pero en ese cuadro no estaba mi aliento el perfume de la pampa no necesariamente nos abre la vista podemos beber agua fresca del aljibe pero no refrescarnos la piel podemos pisar cuanta luna y verde le pidamos al verano pero si a esa mañana crucificada sobre la laguna la juntaba en mis puños se convertía en una oscuridad con cabeza de ogro si la apelmazaba como los cachetes de los niños entre mis ropas se volvía tan ridículo como hablarle a mi sombra y enojarme por su ironía aquel amanecer en la estancia fue de mentira al lado de mi cuerpo las moscas no piaron a penas se abre la mañana para sacudirme los órganos y poder mirar es que me dieron solo una lámpara de aceite sin aceite para ver que adentro mío la noche no pasará. Silvia Mellado (Zapala 1977) publicó Celuloide (2005), Acetato ( 2009), moneda nacional (impreso en perfiles de petróleo 2012 y 2013), Pantano seco (2014) y La ficción de la poesía (2019). Integra antologías como Última poesía argentina ( en Danza 2008); Lof sitiado. Homenaje poético al pueblo mapuche de Chile (edición de Jaime Huenún, 2011); Los umbrales imposibles. De la Patagonia al caribe anglófono (edición de Laura Pollastri, 2014); Antología Federal de Poesía. Región Patagonia (2014); Comoe. Seis poetas en Neuquén (2015); Estación Limay. Antología contemporánea de poetas del Neuquén (edición de Raúl Mansilla, 2017); Atlas de la poesía argentina II (edición de Eugenia Stracali y Bruno Crisorio, 2019). Participó en lecturas y encuentros de escritores en Argentina, Chile, Perú y Alemania. Organizó espectáculos colectivos en poesía y otras artes con Oscar Cares, Pao Lunch, Belén Lorenzi, Verónica Padín, Pablo Iglesias, Ángela Jerez, Gerardo Burton, Raúl Mansilla y Macky Corbalán. En 2021, su poemario Cantos limayos, aún inédito, recibió el primer premio nacional Storni de poesía. Su obra crítica incluye La morada incómoda. Estudios sobre poesía mapuche: Liliana Ancalao y Elicura Chihuailaf (Publifadecs 2014).
A continuación, su hermosa poesía. Para el deleite: Reincidencias Sentada en el cordón de la vereda con la pollera roja desteñida había quedado como el parque del pueblo despintado, viejo, queriendo llenar el baldío seco de algo más que sol. Mirando hacia la casa de ventanas de madera, con calor y olor a transpiración, contó las veces que había picado cebolla para tener el pretexto de llorar. (Acetato, 2009) * las de su misma clase la culparon cuando ahogó el niño en la letrina y es que donde nacimos nunca hubo un mísero azulejo art nouveau por eso tampoco tenemos caché para matar recién nacidos pero fijesé que lo mismo nos ordeñan nos miden los fluidos es por eso del líquido que nos leen y siempre hay un flujo una agüita una sangre devenida en combustible invisible para una sociedad ajena al mundo que habitamos (moneda nacional, 2012) * las madres a menudo nos entregan maneras de perecer o comportarnos atentas humildes y silenciosas sin embargo entre la espuma de los jabones y los mantos de las cebollas se escurre alguna bronca reprimida como si no supieran hablar o se convirtieran en perversas maestras samurái enseñan de modo críptico y doloroso y quienes recibimos el mensaje huimos lavándonos tanto esas orejas atestadas de relatos listos para derruir (Pantano seco, 2014) * caemos siempre hacia la lectura y la estirpe como caídas de ellas caemos del verso al otro verso como paridas o despedidas por el pujo natural de los días cortarás y cortarás como al cordón umbilical el verso y la palabra hasta que la cadencia sea de nuevo el tono de la luz sobre las cosas (La ficción de la poesía, 2019) Mabel Beatriz Albesa es Licenciada en Psicología, Especialista en Docencia Universitaria y Magister en Psicología Social. En su Tesis de Maestría abordó, desde la Semiótica, el discurso poético del Rock Nacional Barrial. Se dedicó muchos años a la psicología clínica y hoy, con exclusividad, a la docencia universitaria. Ha publicado ensayos y artículos en revistas científicas vinculados a su profesión. Algunos de sus cuentos cortos y poesías se han publicado en fanzines, poemarios, revistas electrónicas y blogs. Recientemente participó de la antología poética Voces que mecen la Hierba (La Hora del Cuento, Córdoba, 2021). En julio de 2021 publicó su primer libro de cuentos Cuando por primera vez me vi”/Jugando en serio, libro con dos frentes, por Editorial Glifo.
A continuación. les dejamos una selección de su poesía: dentro de mí anida un animal desde pequeña lo he sentido latir en mis entrañas rechacé los ritos y costumbres imaginé al diablo bailando en la iglesia pinté de rojo mis labios a los trece acorté más mi minifalda cuanto más me criticaban bebí besos prohibidos comulgué en la gran Misa Ricotera siempre me uní a los peores siempre elegí los rotos los que no necesitan belleza sino solo caricias de cachorra este animal no me deja siempre lo escucho solo él me dicta las verdades a él le hago caso * yo ya era, es cierto punta de lanza y escudo abollados diplomas de fracasos bajo el brazo abejorros molestos que no buscaban mi miel canasta repleta de duraznos sin morder zumo seco de tanto esperar deseo escondido bajo la almohada qué hago ahora con mi lanza y mi escudo con diplomas empapados de miel con duraznos mordidos y saboreados con el zumo que se escurre atrevido con el deseo que ya no se quiere esconder * no hay foto alguna que de fe atestigüe mi paso por aquel espacio ojalá encontrara un retrato abrazado por la pena que contenga en su brillo la matemática ecuación del desconsuelo la perfecta geometría de la espera la infecta señal de una mirada o uno roto por la furia que mostrara el paso de la unidad al caos del todo a los pedazos este resplandor desecho cómo lápida muy vieja parece, entonces que fui nada opalescencia espectro helado inconstancia triunfante disonante artificio de memoria eso solo memoria o quizás olvido * bello lo efímero lo que muestra los rastros de su fin la huella de su nada lo que cede ante el tiempo se suelta de la tierra lo que no insiste en ser deja de ser para transfigurarse en otro incierto * allá barrilete de plomo nubes de cemento lluvia de arenas movedizas barrotes de acero compromiso acá tan simple la bruna la espuma la pluma mi mano sobre tu barriga Gabriela Rakovstky nació en Buenos Aires, en 1988. Es poeta y profesora de Castellano, Literatura y Latín. Publicó Incendio leve en 2018. Los fósiles sueñan con el deshielo, su segundo libro, obtuvo una de las menciones del Fondo Nacional de las Artes 2021. En esta obra un imaginario animal recorre los poemas y vuelve salvaje la experiencia del abandono. Actualmente trabaja en la escritura de un tercer poemario dedicado a la figura de Marie Curie.
A continuación, les dejamos una selección de poemas que pertenecen a Los fósiles sueñan con el deshielo: Cuando un animal devora su camada tierna, recién parida no sirve para criadero Primates machos matan primates machos para que no compitan por las hembras Ratas madres comen crías de ratas madres las aplastan con su abdomen tibio y elástico usurpan sus nidos, otros úteros pozos de tierra oscura donde nadie las ve donde roen cabezas, cuellos, patas La naturaleza es sabia, dicen Y te abandonan Y te comen en silencio Y ninguna ley natural nos ampara. * Nadie sabe cómo es su casa de la infancia Llegué hasta aquí por el cerco de madreselvas por los álamos blancos por el camino de leña apilada Los animales levantan el cuello nerviosos sé que huelen desde lejos me reconocen me piden que abra las jaulas Camino hacia los conejos recuerdo ahora el brillo rojo de sus ojos el pelo, finísimo, sin olor la forma obstinada de su paciencia las panzas que suben y bajan como un mismo corazón asustado Mi padre entra con los fardos de pasto más joven que la última vez algunos bebederos cuelgan de su brazo Se detiene frente a mí espera estira una mano me aparta de un rincón a otro de la jaula desespero y lo muerdo Me deja una ración de comida para que viva un día más y se va * La ropa tendida Hay que tender los cuerpos escurrir los conejos como sábanas blancas mecerlos al viento Faenan y soy pequeña para la sangre que cae desde los árboles cortes puntuales movimientos mecánicos no se dejan huellas no se resalta la muerte sobre la muerte Las pieles alfombran el pasto suave escucho el latido entrecierro los ojos busco las transparencias de la tarde caliente Con una ramita espanto las moscas la revelación entre la ropa colgada que respira y me dice el corazón, el hígado, los pulmones los músculos tensos como un apéndice hinchado me dicen que ya no hay secretos escupen la tierra la siembran de semillas de ortiga me dicen que ya no hay abrigo y que esto es la intemperie * La noche aumenta el tamaño de todo lo que acontece es una membrana por la que gotea la saliva de la soledad la intemperie habla con consonantes: ningún sonido permanece lo suficiente como para tener miedo como para vivir * El cráneo El cráneo de un animal se astilla al rayo del sol, de la mandíbula sobresalen varios molares erráticos Cristales de azúcar esporas de la noche láctea que cruzan de un lado a otro el gran ojo de la devoción Las estrellas fugaces pasan cerca y cae vértebra por vértebra la columna calcárea esta escritura de luz que siembra mi tierra * Destapar las madrigueras y contar uno, dos, ocho hay más dos muertos Las conejas alumbran puntualmente en un mundo fuera de control tejen nidos en reductos minúsculos arrancan de sus costados vellones finísimos el pelaje de la ternura en el cautiverio Nadie sufre las zonas calvas de las hembras y los ojos de las madres señalan un inicio copos de nieve que se mueven un monte enmarañado por el que asoma un gazapo ciego La subsistencia es trabajosa siempre está empezando Nació el 30 de abril de 1989 en Buenos Aires. Es poeta y ensayista. Desde hace 10 años integra el staff como colaboradora en la Sección Letras/Poesía/Educación de la Revista “Generación Abierta” (Letras, Arte, Educación). Está a cargo del área de producción audiovisual, prensa y difusión de los programas radiales “Generación Abierta en Radio” y “La Tarde está en Plenitud”.
Ha publicado el poemario Detrás del umbral de la existencia y poemas suyos han sido incluidos en diversas publicaciones literarias. En el año 2019 uno de sus poemas fue elegido para participar de la publicación Antología Deluxe de Narrativa y Poesía, de TAHIEL ediciones, El vuelo de las plumas de oro” Ha sido invitada a participar del XV Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires, en noviembre de 2021. A continuación, les dejamos algunos poemas: I Solo una copa le dijo, Bien sabía, era el comienzo de todo... - la eternidad misma se abrió ante sus ojos - Se nubló su visión, quedando atrapado en aquel adicto éxtasis,, Una voz suave, le susurró al oído: "Eros invita..." * Es aquí, en la fragilidad de su silencio y en la incertidumbre de sus pasos en donde se encuentra. Allí donde no existe tiempo ni forma vuela su alma. No piensa, no corre solo siente. Fluyendo dentro de suyo, sin reglas como si fuera la única forma de conexión consigo misma. En ella por ella sobre ella sin para, ni porque solo siendo porque sí. * “A los aparecidos que trajo la democracia” Hay un pasado, una historia sin final ideales que corren por su sangre. Tal vez, esa intensa libertad siempre la acompaño pero hoy recién hoy la está develando. ¿Descubrirá en su origen, la llave que encierra este misterio? Esa verdad oculta esa historia oficial la que no se cuenta esa que late dentro de ella y desde hace años le grita: ¡Despertad, despertad! * ¿Qué es aquello que llamamos vida? ¿El vaivén de la desigualdad? ¿La búsqueda de la felicidad? ¿O es acaso la incertidumbre de los pasos? Nacer… Morir… Dos caminos por los que tenemos que atravesar. ¿Y entonces? ¿Cuán libres somos? ¿Quién manejara nuestros hilos? Si es así: ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Qué fin, tendremos que develar? ¿Qué hay, detrás del telón? |
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