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Flavia Carballo

10/22/2021

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Flavia Carballo (Entre Ríos, 1990) es lectora, poeta y estudiante de Letras por orden de aparición. Forma parte de la Colectiva de Escritoras Patagónicas Casa San Martín de los Andes, quienes recientemente resultaron ganadoras del Premio Democracia edición 2021 y publicaron la antología poética Nos queda el mundo. Algún poema tiene que haber. Ha formado parte, además, del Centro Editor Municipal de dicha ciudad.  Actualmente vive en la ciudad de Salta. 

A continuación, les dejamos una selección de su poesía:

Mi poesía es memoria
no hay trabajo lúcido que pueda hacer con ella,
sus palabras son perlas del mar
al que no me dejan sumergirme
transitadas por un fuego
que se extingue cuando lo atrapa mi boca.

Mi poesía es memoria
y me lleva en su lomo 
a punto de ahogarme entre sus pelos,
su ritmo pesa en las hojas
en los ojos 
en las horas

La poesía es memoria
y se endurece en mí 
como una orilla de barro.

*

Mi madre piensa
que mi partida hace sangrar la tierra
que desde entonces
un coágulo invade las flores
y arde, en continuo, un campo
 
Aún llora
y lo hace como si hubiera muerto,
ella
o yo,
las dos.
 
Aquel día el sol estuvo más áspero que nunca
y nuestras caras hirvieron entre los malvones,
me presionaba las mejillas para comprobarme
para dejarme quieta en ese chantaje materno
 
Dejé atrás unos hermanos hermosos
Una habitación en llamas
Mis poemas desnudos
 
Hubo un día en que hice sangrar la tierra. 

*

Tu habitación
se zambulló en un santuario
sostenido por alfileres,
vírgenes
un par de muertos en cruz

los recuerdos te caminan en hilera
y se envuelven 
como una soga sobre tu cuello 
mientras tus manos se juntan en un rezo 
que se desploman sobre las sábanas. 

*

El tiempo
es un arma de fuego
imposible de disparar
y solo hoy
es día de caza.
Los cachorros
corren hacia el río
alumbrándose entre los árboles.
Mi sombra,
agazapada
entre el hedor de la hierba
te apunta al rostro
oscuro y desnudo.
El pulso cae
la mano se agota; 
no es más
que grama quemada en la tierra. 

*

Mi esqueleto de lágrima natural
vuelve
como un descanso
que nunca sucede,
pateando hacia la orilla
un bulto que recuerda mi nombre.
Observa
cómo ese fuego
invade el campo
y ya no quiere más,
aunque su canto
sea un galope interminable. 

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