Ernestina Elorriaga nació el 14 de abril de 1954 en Darregueira, provincia de Buenos Aires. Se desempeña como Educadora Social. Ha participado en diversos eventos literarios, como el Encuentro de Poetas con la Gente en Cosquín, la Feria Internacional del Libro de Córdoba, el Festival Internacional de Poesía de La Habana en Cuba, Palabras de Poeta en la Escuela de Lenguas de la UNC en Córdoba, el Festival Internacional La Palabra en Ríosucio, Colombia, y otros en 2016, así como el Festival Internacional de Medellín en 2017. Entre sus obras publicadas se encuentran La lengua de la noche (ULEAM, Ecuador, 2019), El miedo de una casa inexistente (Editorial Alción, Córdoba, 2019) y Mi corazón es una perra huérfana (Editorial Apócrifa, Villa María, Córdoba, 2023), libro del que compartimos algunos poemas. A lo largo de su carrera, ha recibido menciones y premios, incluyendo la Mención en el Concurso Nacional Abuelas de Plaza de Mayo en Buenos Aires en 2002, la Mención en el Concurso Provincial Luis de Tejeda en Córdoba en 2003, el Segundo Premio en el Concurso Jorge Barón Biza Feria de Arte en Córdoba en 2003, y el Tercer Premio en el XIV Concurso Nacional de Cuento y Poesía Leopoldo Marechal en Morón, Buenos Aires, en 2008.
Les dejamos su poesía, su poemario: Violencia II Acepté su juego No huboamparo ni nanas no hubo nadie que peinara mis cabellos ni perfume que abrumara mi tristeza En su territorio nadie es nada. * Cuerpito de nada En la borrasca he extraviado mi cuerpo Batía su fragilidad cointra el filo de los días fue orfandad entre las piedras un despojo de lo deshauciado Alguna vez lo vieron agitando banderas un hilito de vida que entre el asombro y la euforia coreaba consignas pero en la borrasca se ha extraviado Señas particulares: se estremece llora por todo es un cuerpo un cuerpito Nada de otro mundo mi único cadáver. * Allá se reconoce la mujer sostiene en sus manos el atardecer celoso de la lluvia que la moja sin pausas Tiembla el otoño en el pliegue de sus párpados Piensa en el peso del recuerdo en la oscura boca del regreso aguzando sus dientes intertanto acallada pudo más continuó su viaje donde los árboles donde los ceibos y sus óleos de rubor sus flores nuevas allá donde el misterio de lo que fue seguirá siendo allá donde es apenas una brisa su cuerpo pequeño y diminuto como un barrilete que extravió su vuelo allá se reconoce la mujer dice es aquí y a su soledad le empiezan a crecer alas.
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Dafne Malvasi es escritora poeta napolitana residente en Chile, además autora y locutora de podcast. Con una formación en Lenguas y Literaturas Extranjeras en la “Università Orientale di Napoli”, con enfoque en Historia de América Latina y un Master en Gender equality, se ocupa de narraciones de género y de poesía femenina como forma de resistencia cultural. Ha desarrollado programas y actividades para visibilizar mujeres del mundo de la cultura, y no sólo, deconstruyendo estereotipos y promoviendo el conocimiento y comprensión entre género y exclusión de las narrativas mediáticas. Por su obra poética ha recibido el Premio Internacional Trienal: "La Donna si racconta" XXI edizione Poesia - Premio Città di Pesaro 4 settembre 2021. Además su Podcast "Disordinarie: Storie di Donne" ha sido elegido para ser parte del Festival "L'Eredità delle Donne" 2022 y 2023.
Ha publicado Antes del alba, su primer libro bilingüe castellano e italiano, Ediciones Andesgraund, 2024. De ese poemario les compartimos estos textos maravillosos: Vine al mundo con una fe inquebrantable en la palabra. Pequeña, susurrante. A veces, escribo. Sono nata con un'incrollabile fede nella parola. Piccola, sussurrata. A volte, scrivo. * Después de cada muerte en silencio me prometí el mar. Dopo ogni morte in silenzio mi sono promessa il mare. * Voy a pincharme para no morir, –sola– con mis sueños. Vado a farmi un buco per non morire, –sola– coi miei sogni. * Soy un pez que reinventa el mar. Roca donde la ola permanece intacta. Sono un pesce che reinventa il mare. Scoglio su cui l’onda resta intatta. * Yo, quería ser yo no un granito de polvo o telaraña vomitada por casualidad. Io volevo essere io non un granello di pulviscolo o ragnatela vomitata dal caso. Paula Simonetti se presenta a sí misma:
No nací en Jacinto Vera pero anduve cerca. Me mudé tantas veces que enmudezco ante la pregunta ¿de dónde sos? En Paysandú fui “la montevideana”, en Montevideo “la del interior”. Luego en Buenos Aires “la uruguaya” y en Montevideo “la aporteñada”. Acarreo libros de una casa a la otra, aunque sé que bien podría trasladar todas esas cajas a un ebook. No lo hago y no tengo una explicación que me parezca razonable. Camino por varios mundos y eso a veces hace crecer en mí la sensación de ser una invitada, una inquilina, o estar de visita. Podría decir que me convocan la literatura, las ciencias sociales, la militancia, el café, la política, el amor y la amistad. Soy Licenciada en Letras por la Universidad de la República, luego hice una Maestría en Sociología de la Cultura y un Doctorado en Sociología, en la Universidad Nacional de San Martín. Me dedico a la investigación, a la docencia y a la escritura. Formo parte de proyectos y organizaciones sociocomunitarias. Publiqué en poesía En la boca de los tristes (Lo que vendrá, 2014), El conocimiento y la ignorancia (La Coqueta, 2018; elandamio, 2020), y en diversas antologías y revistas de distintos países. Recibí algunos premios y menciones en concursos nacionales en Uruguay (2012, 2015, 2017, 2019). Además dicta los talleres de escriturra "Lo demás es literatura". Pueden contactarla en [email protected] y conseguir su libro Provocacines para desarmar la escritura. Les dejamos una selección de textos y unos inéditos para chuparse los dedos: implante sos muy valiente dice y taladra el hueso hasta pensá en santa isabel pensá en el mar no sé pensá en tu infancia ajusta el tornillo adentro how do you say ajustmen en inglés dice el hombre en la sala de espera habla con un yanqui, is a consequence of the kirchnerism explica con énfasis alemán en la k y la erre, how do you say ajustmen men dice cómo se dice, cambia el idioma apenas oigo por la anestesia el mareo y el clonazepam y los desdentados argentinos no pueden responderle casi en silencio el taladrito hace su trabajo cava rompe el tejido se ajusta a una parte de la cara, muy valiente pensá en la infancia en las barrancas de Atlántida el tío Mario desnudo en el mar cero grados muy valiente y cuando salías en la encandilada con Gabriel querías ser como él pero más querías ser él, ahora sí los dientes de Gabriel no un taladro una luz cegadora un disparo en la tele una bala de goma justo en medio de la gamba inútil para salir corriendo hacia el verano is a consequence of la madre que no tenía, el padre que no pasaba plata, how do you say se desprenden las muelas tan livianas como lágrimas en inglés pero más se desprenden en español, esto no lo cubre la obra social no recubre el polvillo que ahora son tus huesos y los dólares que vas a dejar a la recepcionista en la sala el yanqui aprende is a consequence of the kirchnerism falta poco muy valiente pensá pensá y pensás en dólares y huesos hechos polvo en balas y el país que perdiste justo cuando tenés dni que no dice más EXTRANJERA, is a consequence of kirchnerism pero hoy ni hablar de visitas al tío Mario a Gabriel encandilada con el tornillo bien puesto se recobra la postura y la posición, sos de nuevo extranjera ahora en tu país, cómo se dice (inédito) * en Montevideo nosotros tenemos un río del que decimos es un mar es bueno saber que tenemos el mar porque el mar es una sensación y aquello que sucede frente al mar obtiene de él su transparencia porque el mar es el mejor testigo testigo del tiempo de nuestro tiempo porque el mar es como una madre que no nos espera pero nos recibe una madre en la que podemos entrar una y otra vez aunque no podamos permanecer en ella porque el mar es un lugar ambiguo tan ambiguo como una madre (De El conocimiento y la ignorancia, La Coqueta, Montevideo, 2018) * telegrama cuando me fui del país/ te mentí un poco/ mamá/ no venía a estudiar sabés/ yo sé que sí/ sabés/ me siguieron tus cuentos de las balas de las marchas y de tu vecina/ acribillada en el baño te acordás/ en todas las marchas me acordé/ de vos/ aunque no te mandara ni un mensaje o una foto para qué/ sirve la poesía cuánto cuesta/ un alquiler/ no te olvides/ de fregar los azulejos porque después hay que entregar/ la casa y el contrato dice que los azulejos/ mamá/ yo sé que te acordás/ están llenos de sangre ( inédito) * I Cuando murió el último cachorro mi hija -que no era mi hija- miraba desde lejos Me acerqué como si pudiera conjurar la tristeza tapándole los ojos el truco de magia pronto reveló su insuficiencia mis manos incapaces se mojaron Entonces le pedí que me ayudara con la perra enloquecida vi que el sol vino a cerrar un pacto entre las manos de la madre que no fue de la hija que no era sujetando a un animal que todavía no se resignaba. II Tiré a las crías que nacieron muertas en el basural de enfrente y luego perseguí a la perra quise calmar su desmesura con razones o palabras apenas migas al estómago voraz de toda pérdida puse entonces mi cuerpo como un dique y vi cómo ese gesto nos unía fuimos esa tarde dos los animales que en el centro del duelo se medían fue preciso que mi sangre nos mostrara por fin la diferencia ( inédito) * Ignorancia III habrás visto que doy vueltas alrededor del vacío resistiendo apenas como el agua que se arremolina en el desagüe de la pileta del baño es decir sin la elegancia de los nadadores sin la majestuosidad del mar sin la gracia de las niñas pelirrojas sin la armonía de dos bailarines ni el contraste de unas manos sobre el piano es decir no me deslizo sino que me resisto torpemente a verme en el espejo apenas me levanto, no es coquetería, es que me gusta vivir en esa zona que es toda del silencio y que se abre para mí como la rosa de todos los caminos y de todas las posibilidades, algo hay que se revelará, y no lo hace así me veo, intacta como un niño al que todavía nadie contó ninguna historia y mira esa cosa informe que es el mundo ignorando inicio conflicto y desenlace sin ninguna noticia sobre el tiempo, si existiera ese momento si tuviera dirección o código postal preciso mandaría mis cosas a esa casa y permanecería, simplemente. (De El conocimiento y la ignorancia, La Coqueta, Montevideo, 2018) Mai Fornes es una docente sanrafaelina que transita la vida contemplando de forma poética las cotidianidades de la existencia. En su libro Lo contingente recopila poesías escritas en soledad y también en lo colectivo, habiendo sido aprendiz del taller de escritura creativa “Letras Tomadas” de su ciudad.
Les dejamos estos poemazos: Acción de nombrar Voy a decir esto. Aunque mi cuerpo se asimile vértigo en la cascada. Y la vergüenza desertifique mis tierras azoradas de fruta. Aunque mi piel se arrulle en la renuncia. Y yo tal vez, otra vez, una más -jamás lo diga- voy a decir esto. Hoy no fui capaz. Me rebelo de mí. Me batuco. Me sospecho. Quizá porque una también se enverba. Y los verbos, del otro lado, saben de movimientos sagrados debajo del templo redondo de las cosas y los nombres. Quizá moviste -en un acto ausente de peligrosidad, mientras te sacabas el pelo de la cara- ese jarrón con forma de pájaro del mural inútil que lo asfixiaba y el verbo escondido entre dos polvos de azúcar te saltó a los ojos, cuando por fin te mostraste humana agradeciendo el fallido con penas en el vientre. Entonces te descubriste movida por la acción de mover -con el pelo nuevamente en la cara- después de pronunciar la cosa, el verbo y el polvo, la pena te liberó de su laberinto de tazas y hierbas que sudan deliberadamente danzantes en la ebullición. Yo no pude. Quizá mañana. Pero hoy, este día que me transitó sin medirme, necesité algún árbol semántico, que, con ningún dedo geométrico, ubicado en algún centro del cuerpo me diga -acá estas, éste es tu nombre, tu movimiento-. Te lo ofrece la palabra, es tu regalo menos tuyo. Una ofrenda del lenguaje reclamando con brazos en puño que corras detrás de él, lo apagues con paños fríos, lo declames contra las piedras y en todos los murales lo preguntes, en la calle lo preguntes, a los pájaros lo preguntes, a los semáforos lo preguntes, en la calle a nadie y a ninguna que te mire de cerca le preguntes, con puñados de avena sin cosechar en las manos, a nadie y a ninguna le exijas –con determinada injusticia- vos, vos debes saber mi nombre; necesito, necesito que lo digas. Y ahí en la calle, en la carne. Desnuda, en el trueno intentes sacarte tu nombre -tu transitado nombre, tu nombre desmesurado- de la figura que lo sostiene, del significado que lo analiza, del jamás que lo repite. Pero acá. Hoy. En tu nombre; hectáreas de trigo derrotado hasta tu ausencia. Te estás perdiendo esto. Esto que cae sin peso. Este cuerpo que hace sonidos ajenos y descuidados. Que escupe palabras tan desnudas y tan determinadas a imposibilitarte permanecer. Te estás perdiendo este nombre que te aventura a ser nido, aunque la paja te brote de semillas vivas y las hormigas se te duerman en los ojos y en el decir, caramba, otredades y lagunas te agarren de la mano con el pánico que arrastran los círculos de manos, los del amor. Hoy voy a decirlo. Aunque me muerda la lengua en la pérdida. En esta pérdida que entrego y que sin embargo me pertenece - como este no nombre, como este no movimiento-. Aunque se vaya conmigo en el decir, mi frustración más íntima. Hoy no pude. Cayó la lluvia. Y no supe ser niña. * Canario sin alas Cuatro esquinas mochadas tiene mi barrio la yuta puta grita la pared agrietada por el sol apiladas en bloques las casas como las ilusiones pendientes como las cajas de leche olor a niñez desparramada destilan las calles a pañal roto. sucio. tirado. olor a niñez comida por los perros los pibes en la esquina alucinan que la vida es azul los caballos cabalgan salvajes para comerles el hambre yo los miro con miedo de mujer ellos se miran, pienso como con frio de madre como con ganas de abrazarse pero no lo hacen conservan cierta distancia de macho con la nostalgia dosificada en bolsitas. No hay mujeres en mi barrio se las lleva el viento se van soñando que no las maten de amor. La ropa dibuja olas en los balcones. Está mugriento de sueños mi barrio. De hambre. De cárceles que se encubren rabiosas unas en otras como copulando. Se sueñan canarios los pibes sin manos. sueñan con que la yuta les dé un abrazo y una palabra redonda los pibes, pienso y vomitan poesía en las paredes (cuando nadie los ve) para que no les toquen lo que hay de blando en sus armas. Dicen que hay gente buena en mi barrio, es un barrio difícil, pero hay gente trabajadora. Dicen. También Dicen que el trabajo dignifica. Y que el culo de la Carmen es pura carne. Dicen. Que son todos violadores Dicen. Pero tenía mi sangre el imbécil que con torpeza de niño mimado se comió los lunares de mi vestido de muñeco hollywoodense. Y una boca grande y sucia de verdad. Y unas manos suaves de crema con olor a muchedumbre. Yo sigo pensando. Artistas como la negra no hay en el mercado. Va amontonando piedritas y deseos y mugre. Dicen Ellos. Y los acomoda en la pared como queriendo construirse. encontrar. Nombrarse. Pasa el día barriendo la negra sus huesos me miran furiosos. Pienso. Como queriendo limpiarse. Pienso. No puedo evitarlo. Quién hubiera sido la negra, si afuera el mundo la hubiera mirado como se mira un cuadro abstracto en el museo de los prolijos con ese esfuerzo en describir su línea, con ese ímpetu en explicar -conteniendo las lágrimas- su profundidad. Es que no pueden ser creativos los negros me dijo el otro día el Héctor con la barba manchada de tuco. desde chiquitos el mundo se nos partió entre nosotros y ellos. Me ha venido grande la vida después de sentir que todo era posible en el barro, incluso la pelota de bolsitas metidas meticulosamente unas en otras recreando salvajemente la realidad con una virtud acrónica. Me quedan incómodas las miradas. Me queda pinchudo el sistema como frazada de abuela después de arrastrarme desnuda por la infancia simple. Sucia. Feliz. Es que de esos barrios no se sale. Dicen. Sin ser un negro de mierda. Dicen. Y tienen razón negras me dejaron las manos de poesía las calles marrones de mi barrio. las paredes rayadas y agujereadas que me pusieron un símbolo inadaptado en la lengua. En la lengua negra. negro de no decir, negro de no ver, negro. oscuro. oculto (escondido). negro. Tiene nombre de doctor el cartel de mi calle. De persona que cambió el mundo tiene nombre mi calle. De hombre tiene nombre mi calle. De persona con mayúscula tiene nombre. * Trifásico I No, no quiero ser feliz, quiero tener sentido. No quiero alfombras ni muebles blancos ni bordes redondeados ni enchufes sin agujeros ni hogar sin huella mucho menos helado los domingos cuando las luces bajan y baja la gente lenta y siniestramente al horrible sistema. No quiero pasar el día esquivando las corrientes de agua. No. No lo voy a hacer. Voy a poner en palabras mi último desastre. Voy a llenar de símbolos mi cuerpo, para entender que así el mundo es más liviano. Para compartir el dolor que también es parte, rio y cuerpo de mi cuerpo. No. No voy a negarme nada. Voy a callar y voy a gritar al mismo volumen ensordecedor. Voy a odiar a todo el mundo solo para comprobar que no soy capaz. Voy a perdonarme toda al final de mis aberturas y mis enterezas. Voy a ponerme tan oscura y tan densa y tan baja como una línea recta, para recibirme del otro lado y decirme que tengo una piel para cada forma y en todas ellas me habito y me reviso y me reformo como el agua. Voy a festejarme los orgasmos cual cumpleaños de niño, incluso los cóncavos y los absolutos y los mal paridos, con la inocencia, la inocencia pegada en la piel como un niño que descubre por primera vez que el espejo miente, incluso el de su rostro que cualquiera pasa por sus ojos que hay una realidad evidenciando que desaparece, pero se queda se queda rotundamente en su mundo, como un pájaro dinámico y geométrico que solo vuela para adentro. Que solo intenta encajarse en el último deseo de un párpado que se tira sin manos y sin piel al enorme abismo de una lágrima. Voy a ser el animal de vez en cuando. Me voy a dejar comer de vez en cuando. Para tener la posibilidad de volver a recordar el origen de lo humano de lo sensual de una mano en una mano y unos ojos que se cierran espasmódicos y un suspiro que no avanza y nada más. No, no voy a ser feliz. Voy a llenarme de ausencia para poder representarme redonda en la forma sin línea, siendo cada vez y cada muerte abismo y bálsamo erotismo de la memoria un punto de humedad en el medio del olvido para recordarme la piel en cada intento de mí misma hasta parirme y nacerme y volver a masticarme, toserme y expectorarme tu risa; esta vez sin guantes y sin memoria y sin forma y sin juicio y sin dos más dos es cuatro y sin hay un agujero para cada ojal. Que busco en el mapa algún territorio que nos transite, y ya ves No, cuando todo tiene sentido nada está en su lugar. II Que tengo que ser más blanca. Que mi amor no representa lo divino. Que mi cuerpo no se sufre al ideal. Que más vale pájaro en mano que entre las piernas. Eso no. Que hace viento y hace tiempo y que la lluvia se me acaba. Me froto la piel con la distancia que nos rompe. Acaso habré de encontrarte con hambre de pájaro detrás del alambrado para que me comas el intento ahora sí, lamiéndome las rejas para dejar de mirarte tras la prolijidad de los límites esquivando los argumentos de mi amor sin rostro, sin tierra, sin remanso para despojarme de este juicio terrenal sobre los asombros y abrirte en mi espacio como un silencio entero desmintiendo el mundo de formas abiertas al que renuncio Conjugar, tratando de conservar la quietud tu grieta inagotable en la dinámica del pluralismo absurdo de colores con que la idea del amor que me rezaste en el descuido (como pecando) se me ha establecido en el cuerpo abriendo todo lo que mi lengua encierra. Que mi claustrofobia no se reduce a tu amor, pero lo abraza como este viento tibio que soplo entre las piernas del abandono y que esta irremediablemente vivo ahí levitando en la distancia justa de tu astro a mi arcilla. III Sosteniendo este punto que te nombro no intento ser una mano inocente meciéndose hacia el desconsuelo de una existencia exhumada. Me despego de la descripción de este límite subversivo que inunda nuestra patria y su ungüento de preguntas geométricas en un cúmulo de sentidos, sin cuerpo ni dirección. Es apenas la apertura de mis manos hacia el oblicuo espacio preliminar de la materia destelando la cardinalidad de las sábanas con los dientes de la desobediencia. Con mi deseo abierto puedo aceptar que no entienda de pactos la universalidad pluriforme de desconciertos, con que este abrazo se aploma en mi sombra habrá que mirar la intención de reojo; que yo tampoco entiendo ese suelo curvo que me dibuja tu espejo debajo del abismo este hambre de invierno colmando mis cuencos de lluvia que te sostienen implacables en el apóstrofe de la distancia. Porque quizá entendimos que no hay posibles espacios que ser habitados. Que no hay espera que contenga este silencio confuso de puertas floreciendo. Que el entendimiento sin aroma es un vacío inútil. Que en este abrazo distante del eco en que te renuncio y te arropo con un profundo sentido de selva con un rotundo gemido de agua con este color impreciso policromos los párpados del mundo te nombran sin lenguas en el medio de la calle y mi grito se anuda algorítmico e incomprendido en el borde de la cultura. Me regalaste una duda indeleble un tiempo de balsa madera tibia y húmeda desdoblándose en mis piernas esa utopía mansa y terrible en la que apenas respiro desnuda para nunca, abiertamente agradecida. María Andrea González nació en Buenos Aires, en 1972. Actualmente vive en Bahía Blanca. Es Profesora y Licenciada en Letras. Ha sido premiada en concursos locales, regionales y nacionales de poesía y narrativa. Participa en talleres y en ciclos de lectura y escritura, convencida de que la palabra es siempre un hecho colectivo Tiene publicaciones en antologías colectivas nacionales y en diferentes revistas literarias. El tema del cuerpo es recurrente en sus escritos. Confía en la escritura como un segundo cuerpo que le permite vivir cuando el otro no alcanza
En 2021 publicó su primer poemario Pienso en lo lindo que me quedaba el rímel en las pestañas, bajo el sello HD ediciones. Actualmente está en proceso final de edición su segundo poemario Maniobras de amarre, distinguido con 1er Premio en Concurso El Puerto Edita (2023) En este momento trabaja en sus poemas con una colección de mujeres, a las que ella llama “chicas bravas”. Compartimos una selección de sus poemas inéditos: SI LA POESÍA VINIERA EN BLÍSTERS… Pido prestado otro cuerpo cuando escribo la poesía como un cuerpo montado a horcajadas sobre mi cuerpo roto sobre mis partes rotitas escribo desde ese rincón del ring en que quiero decir a pedacitos las palabras para demorarlas como se demora el sexo mientras practico cómo se dicen los malvones del fondo porque yo quiero decir yo plantando nuestros malvones o tal vez solo quiero decir yo un rato más en nuestra casa y ande buscando en la poesía toda esa escena obvia de decir para quedarme * LO QUE NO ENTRA EN UN CAMIÓN DE MUDANZA Los que pasan se detienen a observar el espectáculo: suben un sillón a un sexto piso por la ventana que da a la calle entre tres y con cuerdas reforzadas como izando una bandera en un mástil la escalera es angosta pensás: en los volúmenes y centímetros de tus mudanzas en las cosas que embalás con recelo como se guardan los ojos pausados adentro de los relicarios pendientes de los cuellos o en la caja con las cartas de tus ex (todas juntas porque hablan más de vos que de ellos un extracto de vos compiladito y efervescente) o también: en lo que se te extravía con el flete en los envases de tus insomnios en lo que sí o sí a blíster a empujones a cinchazo de nostalgia pensás: en las miniaturas frágiles que te constituyen en los versos de Pizarnik sobre tu mesita de luz flotando y en cómo se guarda una casa con canteritos de malvones y lo otro especialmente lo otro en un poema * CUANDO FUI PLUMA no me importó si de guacamayo azul o de pingüino o de dinosaurio emplumado solo me importó ser liviana pluma timonera para alcanzar altura levitar que el viento me hiciera de ruta hasta engancharme en las ramas de un lapacho todavía sin flor ovillarme pluma en algún nido la ventana del hospital siempre era un poema lindo adonde mudarse ¿sabés que las plumas duelen cuando se cortan? tienen terminaciones nerviosas, dicen los días de corrientes de aire fuerte y vientos cruzados antes de salir a la calle me peso en la balanza y me río de las plumas que fui * ES VERDAD QUE TE DIJE QUE ODIABA el tejido fibroso de las peras la sensación al morder sin embargo me gusta el cuadro de la pera verde de la última película de Almodóvar que vimos juntos esa falta de pudor del cine que no recrea un set sino una casa-casa donde se desayuna parado se toman pastillas se escribe se duerme poco o mal se sale al pasillo a despedir a los amores viejos hace un par de fríos que te extraño me siento en el sofá en que nos miro mirando aquella escena incorporo las peras a mi paladar tengo abstinencia del almíbar de las peras verdes soy una adicta en recuperación ahora que te fuiste empiezo a amar las peras en todas las versiones posibles * HACE DOS O TRES DOMINGOS que lavo y plancho sin entusiasmo un acto reflejo ando distraída en vos hoy por ejemplo no reparo en la temperatura del agua elijo un programa de 120 minutos un exceso de torpeza pulso el botón de encendido leo tarde los símbolos de la etiqueta china de la campera de plumas que pongo a lavar pienso en lo que voy a escribir LAVAR CON AGUA FRÍA USAR JABÓN NEUTRO NO CENTRIFUGAR la veo girar en el lavarropas a través del vidrio frontal una imagen violenta contra el tambor acanalado las plumas van a apelmazarse irreversiblemente tanto apretar para escurrir la campera está perdida y escribo los domingos se nos atrofian las plumitas apelmazadas de nuestras alas * EL PATIO DESPIERTA ANTES QUE YO no tiene las ojeras de mis insomnios ni el destemple de mis pies como cubitos ni la artrosis de mis dedos a mí me sobran los ojos lagañosos de desbancar fantasmas el dolor del convicto que regresa a deshora el patio despierta antes que yo una cinchada a ras de suelo y alcanza tiene una colección de ecosistemas despabilándose una rapsodia de tinturas una legión de insectos también las toberas subterráneas del rocío que suda y yo que sudo la alarma del reloj contra mis desvelos ilícitos duelen los dientes de hacer bruxismo después levanto la persiana y me languidecen los ayunos y esa sensación del día en pausa antes de que ocurra antes de la taza de café * COSITOS DE VIDRIO todas las casas a las que entramos deberían tener un caballito de mar o un lobo o una virgen de esos que venden en la peatonal de Mar del Plata y que anticipan rosa humedad o sol tórrido que seca las gargantas y arde contra las cortinas cuando entro a nuestra casa me quedo en pausa hay algo de desvelo que no sé por ahí tus ojos opacos llenos de una niebla opaca intermitente no adivino el color mirá si esos cositos de cristal pudieran advertirnos todas las tormentas y las fiebres en el próximo viaje voy a comprar un souvenir fetiche ¿sabés? un par de delfines son lindos los que tienen forma de delfines prometeme que vamos a ponerlo en el hall de entrada ![]() Claudia Zambrano es comunicadora y escritora. Nació en la ciudad de Quito, Ecuador, en 2002. Desde pequeña mostró una inclinación por la escritura, redactando su primer poema a los seis años. Publicó Rompecabezas (México, 2022). Es coautora de otras antologías como el poemario Miedo con la editorial Litéfilos, Gritos Poético” y Microhistorias de la editorial Komala. Su pasión por las letras y otras formas de arte, como la música y la fotografía son el eje de su vida. De su libro Rompecabezas les compartimos estas bellezas. Que la disfruten: Mi Quito Ahí se encuentra Quito, rodeado de colosales montañas, calurosos valles; atiborrado de gente, murallas y carros. Sentado en el centro del mundo mientras unos rayos de sol acarician sus tersas curvas montañosas. Lo protegen del frío del olvido. * Laberinto de versos Desde algún lugar lejano, te siento. Me reconecto con la pluma y pienso si seré capaz de llenar este lienzo. Me pierdo entre las líneas, entre mis propios versos, como el césped en el pavimento, como el rosa un atardecer que ya no encuentro. En una dimensión paralela, escucho a un perro ladrar, junto a mí, el viento ruge y amenaza. Un trino acompañado de un ladrido más gutural reclama mi atención. Vas muy alto, aterriza ya, abandona el mapa que estás por trazar. * Lluvia de alevosía Carcajadas que irrumpen en el mar del tiempo, del pensamiento. Ráfagas sin sentido que dan sentido a lo perdido, fantasías balbuceadas y recuerdos reprimidos, repetidos, que atrapan y atormentan. Sueño demoledor que roba las horas y la vida, abres los ojos, veinticinco años en el olvido. Bostezo ensordecedor, adjetivos triunfantes, inspiración itinerante. Qué eres si en todo en todo te intruyes, si todo se vuelve una intrusión, ¿La única intrusa sería yo? * Escritura Es tinta, sangre del escritor que se riega en su cabeza cuando desbordan sus ganas de topar el papel. Es lujuria del pensamiento al encontrar una palabra que lo llene y lo abarque. Es divagación de letras que se persiguen en el espacio una tras otras hasta encontrar un orden que las complazca y se queden juntas. Tras horas de escritura y una mano manchada por el pecado, las ideas cesan, la pluma para. Las letras han encontrado su posición exacta. * Filas de batalla Ejército de siluetas, verdes, acorazonadas. Se aferran a sus ramas, luchan por acariciar el tronco desde las alturas. El sol intenta colarse a través de las soldadas con sangre de savia, mientras el viento resabiado, las tienta a caer. Fiore dice que viene de la zona rural de La Pampa, que es poeta y con eso se refiere a que desde ahí atraviesa, comunica, entienda la vida. Cultiva para existir, los yuyos y la huerta son su prioridad. También estudia Letras en la UNLPam, da clases de literatura y talleres para personas con discapacidad. Hace varios años que empezó a recitar sus escritos en eventos culturales y además ha aportado con la escritura de algunas de las letras de "El arrebol", una banda que admira. Protno publicará primer poemario, Triángulo escaleno, un libro amiguero y colectivo que reúne un poco ese recorrido realizado hasta hoy. De este libro les compartimos a continuación algunos poemas. Que los disfruten:
Estado contemplativo Son controversiales estos seres de los que te hablo. Guardan alguna relación con la línea de los horizontes, con los lugares desde los que se puede ver el cielo. Encontraron esa manera de quedarse comomirando permanecen. Dan ganas de treparse a los molinos o verlos girar a fondo desde abajo. Los tanques de agua son más distantes y sospechosos. Son personajes con perspectivas privilegiadas sobre los patios. Capaz por eso los registramos casi sin querer, desenfocados, y después nos olvidamos fácilmente de que son paisaje. —-------- Foto impresa Lo corrosivo avanza, se esparce poco a poco, susurrante ¿De qué naturaleza nace un puñal? Hundiéndose viaja, se vuelve acuífero, disuelve Sé que mi superficie es otro filo brotando de la sensible (y) herida que viaja conmigo Es que el silencioso saber que guía a las raíces y a la sangre también suele destejer algunas cicatrices, desbordar la palabra Errante, continúa su marcha la palabra enmohecida Desprendiéndose están los filamentos de complicidad y cada silencio tiene muchos filos Sin pausas, la piel es desesperación y sentir que llega goteando desde hasta la memoria Ojalá que además crezca trébol de la tierra y manzanilla entre tus palabras —------------- Orillas Están en todas partes, se escabullen, hierven a la vista. Los detalles pueblan banquinas, teorías insignificantes. ¿Qué hacías cuando llovieron las acacias? El cardo voló en panaderos, se cayeron todas las chauchas. Ahora mismo, se define genéticamente un color, tonos precisos, necesarios quiero decir. Cada vez que el tiempo se queda un poco más quieto con más claridad siento que también soy esos eventos. Es cierto que todas las sincronías no me necesitan ahí. Yo ya estoy ahí. (hombritos) Igual, quiero llevarte de la mano a que veas cómo explotan esos honguitos y que me cuenten de las inflorescencias. Que nos importe, que nos encante y sí, que duela lo que tenga que doler. —----------- Frecuente En ciertas épocas, la electricidad comparte la frecuencia de las tucuras. Yo salto entre las alternativas de la huida. Lo que falta no se siente y no tiene sentido buscarlo constantemente por lo bajo. Sí, por el bajo se filtraba también esa luz. Venía lloviendo más acá. Sobre los pasos se escuchaban otros ruidos. Fue una pena y algo de alivio el miedo de esos bicharracos. Del susto a la ternura sin matiz, algunos vuelos. Por abajo se filtraba la luz, venía lloviendo más acá. Descubrí que el violeta y el naranja están más cerca de lo que pensamos y que se fue cayendo la nube, pero los sonidos no. —------------ Abisal Como el agua, así se siente. Como uno más de los elementos que nos componen, estimula conexiones recónditas del cuerpo. Se parece al viento fuerte y cuando calma alrededor de los árboles cargados, sagrados pueden verse otras sombras que se acercan y se alejan, van de una forma a la otra. Los perfumes acarician la mente y se mueven fuera de cualquier sintonía. Ruth Contreras es estudiante avanzada del profesorado y licenciatura en Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. Es autora del libro de poemas Sillage, publicado por Falta Envido Ediciones en el 2022. Fue miembro del proyecto "Tucumán escribe" y participó de varias intervenciones culturales en la provincia de Tucumán como "Poesía en las Plazas". Siente amor por la naturaleza, por los animales, y apuesta por una horizontalidad al coexistir(nos).
Poemas desde Tucumán, ahí les van: 1 Mi interior está ardiendo y yo ardo con él sino ¿por qué junto las cenizas que flotan entre gemidos y aullidos? dicen que no tener una razón para quedarse es la mejor razón para irse y si agarraste fuerte mi mano en el incendio que vivimos ¿por qué me asfixio con el humo de la soledad? me he sentido ínfima entre miles de cuerpos y si un día fuimos constelación ¿por qué hoy veo las llagas en mi piel y las estrellas estallar para desaparecer en la inmensidad? y si me levanto del pozo llena de polvo testimonio de una sobreviviente y sonrisa anti-heroica ¿por qué mis lágrimas no pueden convertirse en lluvia y saberse dulces en mi boca? quemá todo rompé todo total yo ya me estoy esparciendo en poemas. 2 Quiero deshojar los pétalos de mi tristeza esparcirlos en la nada bailar con la poesía que lo es todo y decirme —voy a estar bien. 3 La luna atraviesa mi centro y el llanto parte mi rostro ojalá pudiera tener entre mis manos un panadero del aire o una estrella fugaz y pedir un deseo cuando cierro mis ojos y me das un beso en cada párpado pero vos no estás y no hay cielo ni viento dicen que uno es de donde llora pero que desea ser de donde ríe intenté que mis palabras brillaran cuando creí tener mis manos vacías (nunca las tuve vacías) resulta que pude pintar mi mundo porque entre mis manos tengo a mi lengua palpitando. 4 Quiero llover con vos y que nuestras lágrimas remuevan la arena de mis heridas que al rozarlas con tus labios se conviertan en un mapa de medusas brillantes que bailen en la absoluta oscuridad y nos hagan cosquillas hasta reír como niños que nuestras bocas al chocarse sean el deseo que late otra vez porque llover con vos hace que todo duela menos. 5 He vivido tantos siglos en mundos de los que nunca he formado parte sin reconocerme a mí misma caminando sobre la cuerda de sueños torcidos hasta que pude llegar sin tropezar esta vez a las estrellas fugaces que se sobreponen a lo perdido buscando esos pedacitos míos que caen como gotas de lluvia y me duele la ausencia y mi centro aun así intento armarme amarme y dejarme volar. 6 “Para habitar como hebra hecha carne” -Martina Palavecino Bó Enhebrar la aguja con el hilo de tus recuerdos para coser mundos cálidos en tus retazos pudiendo habitarnos a través de miradas y librándole guerra a la distancia, mi amor “estoy bien”, me decís en un parpadeo antes de desaparecer entre cuerpos fugitivos mientras tu madeja cae de mis manos convirtiéndome en rastreadora de tus latidos -hoy, sigo buscándote pero ya no (re)conozco tu aroma. 7 Cuando a una la queman, trituran y disuelven en agua no queda más que construir un refugio con cáscara de nueces uno con acabados oscuros y sonidos de animales salvajes donde acurrucarse en lo más profundo porque ellos nunca se cansan de esperar -a que el soplo del corazón desaparezca. Antonella nació en Córdoba, Argentina, en 1989. Es poeta, performer, Licenciada en Letras Modernas y Tècnica. en Corrección Literaria, y docente nacional de nivel medio. En el año 2017 publicó su plaqueta Summoning o conjuros para una noche que se avecina por el Taller Perronautas; y en el 2022 su fanzine Datura Stramonium o una higuera para llegar al Infierno, por el Taller Inalmew. En el 2023 publicó su libro de poesía Mancias, por Halley Ediciones. Obtuvo mención en el año 2014 en el IV Concurso Nacional de Poesía: “Taller Latinoamericano de Poesía Fundación Pablo Neruda” [FFyH (UNC) y FPN de Chile]. Fue mencionada nuevamente en el 2015 y algunos de sus poemas participaron de la antología conmemorativa de dicho Concurso, realizada por la Editorial de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Ha publicado en formato fanzine, plaqueta, en ediciones colaborativas, revistas analógicas y digitales en Argentina, Chile, México y España. Participó y participa activamente con su escritura en diversos espacios de Córdoba: desde la 33° y 35 Feria del Libro, hasta festivales, ciclos, ferias, slams y tertulias. Desde el 2019 amplía su propuesta artística a través de la danza, la performance, el videoarte y el collage sonoro. Aborda sus acciones desde una perspectiva ritual en la que conjura una poética de lo liminal: (ni) palabra/movimiento, (ni) muerte/vida.
Les dejamos algunos poemas para que disfruten de esta poeta: Whalien 52 Ciertas formas de belleza me están vedadas: por más que lo intento, no consigo pertenecer al micelio que sostiene otros cuerpos otras voces que acuna los proyectos gestados en el cruce. No aprendí cómo jugar en equipo por más que lo intento, no se acuerdan de mí cuando hacen sus planes, y está bien. La soledad es un miedo antiguo, inherente a nuestra especie pero no solo a la nuestra, ciertas formas de belleza me están vedadas. Sin embargo nado a la deriva, soy como la sombra fastasma de la ballena solitaria, mi canto es distinto en su singularidad absurda la laringe lastimada por la frecuencia en que allí se me incrustan las palabras. Tampoco sé si soy la última de una familia extinta si sólo me pueden acompañar quienes no tienen carne, quienes nadan en el más vasto cuerpo de agua. Soy como la sombra fastama de la ballena solitaria el mar es todo mío pero no puedo compartirlo, canto una canción una pregunta abierta se aleja de mí una parte se aleja del mundo, todo se vuelve un compás eterno de silencio verde y azul la estela que dejo algunas formas de la belleza, sí me pertenecen. * La mirada miserable Ivanna me pregunta: ¿Cómo vas a reducir la mirada miserable? la que descompone, derruye, enmohece la que traspasa la carne del tiempo y se aloja detrás de la palabra y filamenta detrás del pensamiento la que crece y se alimenta la que fantasea por sí misma. ¿Cómo acotarla, tenderla de a poco a cero? comprender que hacer del mirar una búsqueda insidiosa seguir con los ojos la otredad desconocida buscar el signo en todas partes solo puede volverse contra una. Derruida en la envidia demolida en las tablas de doble entrada abandonada al elogio autorreferencial autoconducida a la disociación salvaje perdida en el mapa que supe trazar salir otra vez a la caza del sinsentido babeando como un animal furioso dispuesta a arrollarlo todo. ¿Cómo vas a reducir la mirada miserable? repite, cómo explicarle que he elogiado a la miseria como a una compañera extraña nos acurrucamos en el soslayo del mundo con los pies fríos y la respiración ansiosa, cómo explicarle el sabor del alimento siniestro la dulzura de la fruta que se pudre dentro. * Cuidar la cicatriz para que no se abra Los pájaros sin nido, desorientados, cantan de noche no hablan de otra cosa que no sea de su muerte o el exilio los escucho tras la ventana, no tengo nada para responderles con mi voz humana. Ha llovido toda la noche y he escuchado llover con el oído pegado al río, con las manos abiertas para recoger el agua con la ilusión intacta de dártela en la boca. Ha llovido con furia las piedras cantaron su canción nocturna sin embargo el mundo de nuevo en un despertar fragante. Entiendo ahora las cosas en su calidad de recién nacidas, revenidas y acunadas traigo del monte flores que saben cómo estallar en luz viven muy poco y son, a su modo, perfectas. Te las ofrendo así, con su simpleza salvaje, un regalo tan fugaz como sincero. Llorar el árbol que daba sombra a mi balcón íntegramente seco ahora es tan solo un cadáver mustio, viste la máscara deífica del más humano de los sentimientos. Aprender de la mano invisible que dice alto, porque por algo lo dice, intentar salvar lo cotidiano regando lo que ya está muerto. Me da miedo plantar un árbol nuevo, cuidar la vida no es sencillo. Que sea contigo la sola gracia de tu muerte que te cubran las lavandas y las plumas que sea un festejo de luces tu olvido que no te llore ni tu hijo ni tu madre que tu camino no tenga retorno alguno que sea contigo la sola gracia de tu muerte condenado el corazón como una estrella errante, el tuyo el mío, que algún día brote de vos otra cosa que no sea miedo. * Solo el cielo sabe Solo el cielo sabe de su ceguera cuando las llamas suben, cuando suben las llamas como brazos hambrientos cuando la tierra no les satisface cuando las aves han quedado tiesas, estatuas pequeñas de miedo y ceniza esparcidas por el monte como ofrendas sin destino. Solo el cielo sabe de la impotencia humana, del agua insuficiente cargada en el vientre mecánico de la bestia aérea, solo el cielo sabe que no lloverá esa noche verá con su ojo tuerto avanzar el fuego penetrar en los nidos y las madrigueras lamer las tapias y los corrales los lomos de los animales heridos. A la ciudad llegan las cenizas, una urna funeraria abierta, remolinos secos traen partes de lo que fuera alguna vez lo vivo, se amontonan en las veredas las ventanas las manos, flotan en el agua que bebemos. Solo el cielo sabe que no termina ni empieza, que no hay descanso posible, solo él sabe del llanto de los niños y los viejos de los bolsos armados en la huida del espanto. Solo el cielo sabe de las manos que firman los acuerdos, sellan los contratos de las hectáreas vendidas del suelo que no puede absorber ni sostener ni hacer crecer de nuevo porque no se lo permiten. Lo único permitido es el negocio de la muerte, la herida en el corazón de la montaña el gozo de la inconsciencia el exilio de los zorros comiendo de la basura. Solo el cielo sabe que hoy me he despertado y he escuchado el canto de un pájaro que no conozco, me he quedado quieta en la cama detenida en el movimiento como una estatua, una ofrenda sin destino, le he escuchado cantar sobre las crías perdidas la tierra que era suya el río extinto. Este es, este es el mundo aquí vivimos. Estefanía Páez Jiménez, nació en Santiago del Estero, Argentina. Es abogada y autora de Los filos de la culpa (2012). Sus últimas publicaciones son parte de las antologías Eras reflejo divino (Tucumán, 2021), Crepuscular (Córdoba, 2022), De Monte y hadas (Santiago del Estero, 2023) y Metapoesía (Santiago del Estero- Chaco, 2023). Actualmente es miembro del colectivo artístico local La garganta diversa y del colectivo internacional Letras & Poesía, y co-coordinadora del grupo de microrrelatos Microcosmos.
Instagram: estefaniapaezj Les dejamos algunos poemas: Madre noche La pregunta va y viene Hago malabares con ella hasta que mis manos se desprenden A ellas también las he arrojado al fuego al que llamo destino porque ya no se unen en plegaria ni barajan para saber tu posición Lenta la noche avanza y tu boca en ella se convierte en profecía Madre noche, te creo cuando recitas tus conjuros Tú no llores por mí, pues no he perdido mi magia En cada catacumba se han replicado mis voces y La Voz del oráculo confirma mi camino. * Dentro del pantano Callado mi pantano te observa con los ojos de todas sus criaturas. Ha intuido tu breve paso, te ha esperado inmutable cruzando sus raíces con las tuyas. Su atardecer te ofreció los nenúfares para poner a descansar tu esperanza sobre ellos. Movedizas sus arenas yo les di mi vida y casi les doy mi alma. Carnívoras sus plantas, también te acechan. A lo lejos te ha oído el que espera detrás de los árboles cómplices que tan mudos miran a sus presas correr Su aliento como vapor de géiser atrae a los viajeros, les enreda los pensamientos y las ramas, les quita las señales y los desnuda. Cerrados los ojos tu cuerpo cede ante las aguas: la mordida ha sido fatal e inevitable. * Audace Impostada la voz Y los pasos Que caminan sin pisar las líneas Pies que flotan Sobre mi corona -estoy seguro- Mientras duermo Es la mueca intempestiva De un dolor oscuro Que sufre otro cuerpo -no es el tuyo, yo lo sé- Que se repite en cada espejo Tu boca que se ensancha y crece Tus palabras como lupa Torciendo el discurso Intentando cubrir la caída del agua En tu fuente inmarcesible Que nunca deja de llorar. Puer aeternus Perdí Una caída interminable El risco pronunciado a otros ha de espantar (pero no a mí) Perdí todos mis juguetes todos mis amigos Me encerré en la insistencia de querer seguir siendo yo Perdí Un mundo no sabe jugar a la oca Y yo no sé jugar a él (si es que no estoy ganando) Perdí Todas las victorias significan fichas tan melancólicamente falsas como un lego ¿Y ahora debo perderme a mí? Elegí el sufrimiento en lugar de la verdad No me obligues a perder-me No quiero saber de caminos que nos llevan a dejar de ser ••• para convertirnos en Yo el niño Una vez devorado, Madre me tragó también ¿Y ahora quieres comerme tú? No voy a perder esta vez La montaña me llama y subo sin-fin(es) Escucho tu voz y no me vuelvo ¿Quién eres tú, el que pretende usar mi nombre? Has robado mi imaginación y ahora me castigas Las cuevas abren sus fauces e intento correr (No quiero morir de nuevo, no he perdonado a mis padres y tampoco te perdonaré a ti) Engullido La calma me alcanza El viaje fue hacia adentro Tú me miras y nos vemos Vez primera eres siempre tú Perdí, lo siento No supe ganar a la escondida No supe cómo dividir en dos cifras No supe cómo ser el niño prodigio Abajo la llanura nos aguarda Adentro tú ya eres grande y fuerte Sabremos andar los caminos (si todavía quieres llevarme) Tú podrás detener la noche, Montar nuestro refugio, Hacer el fuego. Yo contaré mal las estrellas, Seguiré sorbiendo nuestro jugo favorito Replicaré el trinar de los pájaros Y cuando vengan por nosotros y no puedas ahuyentarlos no temas Pues yo nunca supe jugar a las escondidas ¿Recuerdas? Y también sé pararme por ti. * Demoler Tirar abajo todo Pisar, punzar Hacer que sangren Las heridas viejas Abrir las nuevas Mis veredas son fuertes Y aguantan Dentro de ellas hay lava ¿Qué duda cabe? Romper, desechar Escombros vuelan Cae el campanario Se agita la luna (pues también teme caer) He desafiado a los astros Los invité a moverse o a morir -lo que prefieran- Otros antes han sufrido el mismo destino Reparar, construir Mi lluvia crece mis cosechas El sol está sosegado Ya no se anima a castigar Creer, crear La tierra también obedece Geometría perfecta que se adapta Agradezco el mundo Mi semejanza con el poder Vuelvo a ser humana: Destruir, llorar, hacer |
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